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lunes, 29 de marzo de 2010

EN LA COSTA SUIZA - Javier Krahe












En un pueblo de allá por la costa suiza,
un viejo pescador,
borrachín, tranquilo, sin dar la paliza
a nadie de su alrededor,
pretendía vivir a su manera,
que era:
salir a pescar
y pescar
boquerón, calamar,
o alguna ballenita
-que también las da el mar-
y después regresar
con la frente marchita,
como dice el cantar
que se suele volver.
Y vender el pescado en la lonja,
boquerón, calamar,
una esponja
-que también las da el mar-,
y cobrar
lo que hubiera ganado
al vender el pescado.
Y marcharse a gastar
lo que hubiera cobrado,
en comer
y en comprar
cuanto es menester
poseer.
E invitar a beber
y beber hasta el anochecer.
Y arrojar lo que hubiera sobrado
del dinero cobrado,
arrojárselo al mar,
devolver.
Devolverle el dinero.
Y cada amanecer
empezar desde cero.
Per muchos vecinos denunciáronle al pobre
-ohé, ohé-
por contaminar.
Que sus pocas monedas, sus "vertidos de
cobre",
ponían perdidito el mar.
Y no pudo vivir a su manera,
que era:
salir a pescar
y pescar
boquerón, calamar,
o alguna ballenita
-que también las da el mar-.
Y después regresar
con la frente marchita,
como dice el cantar
que se suele volver.
Y vender el pescado en la lonja,
boquerón, calamar,
una esponja
-que también las da el mar-.
Y cobrar
lo que hubiera ganado
al vender el pescado.
Y marcharse a gastar
lo que hubiera cobrado,
en comer
y en comprar
cuanto es menester
poseer.
E invitar a beber
y beber hasta el anochecer.
Y arrojar lo que hubiera sobrado
del dinero cobrado,
arrojárselo al mar,
devolver.
Devolverle el dinero.
Y cada amanecer
empezar desde cero.
















jueves, 11 de marzo de 2010

PREPARAN ADIÓS Y HOMENAJES A FEDERICO ESPARZA - El Profe Esparza, El caricaturista de León

Preparan el adiós de Federico Esparza





Por: Martín Diego , Jueves, 11 de Marzo de 2010

El fallecimiento del cartonista y escritor, pero sobre todo pensador popular y casi antropólogo Federico Esparza González, dejó una huella en las páginas de los diarios de la localidad, pero sobre todo, una ausencia del observador y analista de los acontecimientos cotidianos.

Esparza González, nacido en Aguascalientes en 1937, tuvo como segunda y última morada la ciudad que dibujó, trazos mordaces y críticos de las andanadas políticas y ocurrencias de los mandatarios de los últimos tiempos.

¿Quién no se detuvo a ver los trazos nacidos del pincel de El Profe que cavilaba con música lo mismo de otro grande, Copo de Nieve, o la popular mexicana?".

Maestro rural de profesión, pero enseñador noble y desinteresado de la vida común, El Profe no dejó uno sólo de sus días en pensar y proponer, criticar pero dar una salida, creador de un género propio de las plumas locales.

Su vasta vida fue también un abanico.

Fue Jefe de Selección, Capacitación y Desarrollo de Personal en el IMSS de Aguascalientes y Guanajuato. Ganador de los certámenes de cuento Efrén Hernández y Ciudad de León.

Escritor de los libros de cuentos "Pérfida, adúltera, cadáver (a ritmo de bolero y cha-cha-cha) y del epistolario "Su afectísimo y Atento" donde realizó además de la escritura, la ilustración de personajes de Guanajuato.

Maestro del taller de Literatura en la Casa de la Cultura de León y consejero del Instituto de Cultura de León, El Profe Esparza fue amigo de importantes escritores y periodistas no sólo de la región, sino del país.

Murió luego de estar en su segunda casa, la Casa de la Cultura y tras dejar muestras de enseñanza en sus alumnos. Las autoridades, planean ya un homenaje póstumo.

Correo. Fuente.








Federico Esparza: el cartonista de León

La vida y obra de Federico Esparza González comienza a contarse a partir de su vida familiar.

Hijo de un profesor rural, El Profe siguió el ejemplo de su padre y junto a su esposa Virginia, trabajó en comunidades alfabetizando niños y jóvenes. En ese ámbito, también publicó un libro de cuentos para campesinos recién alfabetizados

Proveniente de Aguascalientes, trabajó por muchos años en el IMSS y fue participante del taller literario en la Casa dela Cultura.

Amigos entrañables con los que vivió su pasión por el periodismo fueron Arturo Barrera, Miguel Barragán o Leopoldo Navarro, con quien compartió incontables “incursiones sociológicas” en la vida nocturna de la ciudad.

Por mucho, el mejor cartonista de la ciudad, el último año había recobrado su carrera en el periódico MILENIO, en donde publicó sus últimas caricaturas políticas.

Autor del libro Pérfida, adultera, cadáver... y de semblanzas biográficas de personajes históricos de Guanajuato a manera de cartas, entre otras obras.










Milenio. Fuente.








Un sentido adiós al caricaturista de León

El fallecimiento de El Profe Esparza, deja a la comunidad artística y periodística de la región, con un sentido luto, pero también con la certeza de que su partida fue tan honorable como lo fue su vida. Descanse en paz, Federico.

Puede decirse que Federico Esparza González se vistió para su funeral. De su personalidad, era notable su pulcritud y propiedad al vestir. Para cualquier ocasión, El Profe siempre estuvo presentable y combinado, y la mañana del martes 9 de marzo, no fue la excepción.

Mauricio, hijo menor del matrimonio Esparza Rodríguez, relata que durante el desayuno que su padre compartía con su esposa Virginia, “Federico andaba estrenando traje… yo veo que su pulcritud y su buen vestir eran una forma de mostrar ese amor que siempre le tuvo a la vida”.

Federico Esparza ya no podrá dibujar cartones o escribir libros. El hueco que deja será difícil de llenar. Sin embargo, el legado que hereda a la comunidad periodística y artística de la ciudad, es rico y trascendente; tal como fue su vida.

Así lo cree su entrañable amigo y vecino por más de 30 años, el empresario Jesús Vázquez, quien acompañado de su esposa, brindó el pésame a la familia Esparza Rodríguez la noche del martes, durante su velorio.

Jesús Vázquez recuerda que Federico Esparza era una persona muy culta, “y como ser humano, fue un gran amigo que siempre me dio su consejo y apoyo”. Uno de los más apreciados recuerdos que Vázquez tiene de Esparza, es el día en que recibió de sus manos, como un obsequio, el manuscrito original de uno de sus libros.

Y es que Federico Esparza fue una persona que se dedicó a su carrera como periodista y escritor de forma decisiva y disciplinada: su labor de más de 30 años dibujando cartones políticos en la prensa local, sin jamás haber cruzado la delgada línea del respeto y la veracidad, lo comprueban.

“Me siento agradecido por todo lo que me heredó… y no precisamente por el talento, sino por la chamba de monero, el gusto por la vida y la posibilidad de vivirla de una forma lúdica”, comenta el menor de los Esparza Rodríguez.

Durante el funeral, los abrazos y las condolencias se repartían por todos lados; a pesar de la nostalgia y la tristeza de la ausencia del cartonista, no existía persona que no coincidiera con que la muerte de El Profe, fue un pago justo a la forma en que llevó su vida.

Sin embargo, no era posible dejar de vincular las dos recientes pérdidas de la familia Esparza: Federico y Carolina, padre e hija, quienes dejaron este mundo con 5 meses de diferencia.

“Los Esparza Rodríguez crecerán, indudablemente… estoy segura que Carolina lo estará esperando allá, del otro lado”, dijo con la voz entrecortada Silvia Cristales, amiga de la familia Esparza.

Al Profe le sobreviven cinco hijos y su esposa; amigos entrañables; alumnos de talleres literarios; un feliz recuerdo y una computadora y un escáner que empleaba para enviar por correo electrónico sus cartones y colaboraciones al último medio para el que trabajó. También dejó libros, muchos libros entre los que sobresale uno escrito de su puño y letra, sobre sus memorias, el cual será revisado por su hijo Mauricio; así como una novela incompleta en la que trabajó por varios años.

“Recuerdo que decía: «yo soy de los que no creen en Dios, pero mejor no lo digo porque no vaya ser cierto»”, concluye el menor de sus hijos, para que así, con humor y tristeza, con un gran hueco en nuestros corazones, pero con la certeza de que vivió una vida plena, nos despidamos de Federico Esparza, El Profe.

Brinda alcalde condolencias

••• A nombre del Gobierno Municipal, el alcalde de León, Ricardo Sheffield, dio su más sentido pésame a la familia Esparza Rodríguez por el fallecimiento de El Profe, a quien reconoció por su labor como periodista.

“Como político, me parecía interesante y divertido analizar a través de su caricatura la crítica profunda que nos hacía... siempre es positiva porque nos ayuda a reflexionar sobre nosotros mismos y nuestro trabajo”, dijo Sheffield sobre el caricaturista de MILENIO León.

“De origen hidrocálido, por demás avecindado y querido en León, panza verde por derecho, los medios periodísticos y la sociedad en general sufrimos la perdida de este escritor, caricaturista y crítico político; maestro y formador de muchos de ustedes”, declaró el alcalde Ricardo Sheffield, al tiempo que mostró su solidaridad a su esposa Virginia, a sus cinco hijos y a toda la familia Esparza Rodríguez. (León• Alejandro Sandoval)

León • Carlos Hugo González.

Milenio. Fuente.






Ya he platicado un poco más con Morís... Todo bien a pesar de la pérdida.




Morís escribió:


"Quisiera contarles que, hace algún tiempo, en el marco íntimo de nuestra amistad, el Profe Federico me propuso un pacto de honor:Él partiría primero, porque no estaba dispuesto a padecer, una vez más, la tristeza de tener que despedir a su gente. Quería hacerlo de forma súbita y pacífica, alrededor de los 70.Viendo qu...e la idea no me gustaba del todo, se comprometía, mientras tanto, a no desperdiciar un segundo en actitudes inútiles ni actividades improductivas, y lo que es más, con tal de que lo dejara cumplir ese secreto deseo, prometió que habría de hacer de su vida un regocijo completo, que iba a atender exclusivamente a los impulsos de su espíritu, llenando sus días con horas de gozo, que en su caso, aclaró, tendrían que ver con el placer de la lectura, la creación literaria, el lúdico desmán del dibujo de caricaturas, las aulas, el reparto casi robinhoodiano del tesoro de la cultura; allegarse por las mejores compañías, por sus favoritas. Se la jugaría en cada momento por lo que le gustaba.Ejercería, pues, con toda intensidad su particular sentido del amor, revestido SIEMPRE por su también peculiar sentido del humor.Apenas así estuve conforme y listo para sellar el pacto. Mi parte consistiría simplemente en no llorarle más de lo necesario, en no desperdiciar un segundo en lamentaciones irracionales y en honrar amorosamente la vida que me dio.Una vez que estuvimos de acuerdo, el Profe Federico, mi capitán, se dedicó a leer, a escribir, a hacer sus ácidos cartones; se integró al Consejo Cultural, a sus amados talleres literarios, sólo abrió los oídos y la boca para contenidos ricos y enriquecedores y el corazón para querernos y dejar que lo quisiéramos.Él, a los 72 años ha cumplido su parte. Les platico entonces, que la forma en que se ha ido es por demás merecida. Se fue antes que todos nosotros, su gente, y si quieren adherirse conmigo a este pacto, no hay más que llorarle un tanto, y luego, en su nombre, honrar amorosamente el ejemplo que nos representó.A todos, un abrazo."




Junto con un cartón:








El León de Cobre y El Cerrito de las Ranas:









miércoles, 10 de marzo de 2010

FALLECE FEDERICO ESPARZA - SE NOS FUE "EL PROFE"

Estamos de luto en Desequilibrio, Asimetría y Exceso.









Fallece Federico Esparza

JULIO CÉSAR SALAS

La tinta del maestro Federico Esparza dibujó ayer el último trazo de una vida fecunda y creativa.

A los 73 años, el Profe cerró el tintero y dejó que las palabras descansaran un momento.

Aunque originario de Aguascalientes, Federico Refugio Esparza González adoptó a León como una segunda guarida, donde sembró amistades y cosechó abrazos sinceros.

El noble corazón del Profe rindió ayer su último latido cerca del mediodía, acompañado de su esposa Virginia Rodríguez Quiroz, mientras desayunaban recién salidos del Instituto Cultural de León, al cual Federico se había incorporado meses atrás.

Su hija Hilda Esparza Rodríguez recordó que su papá en alguna ocasión había comentado que prefería morir de un infarto, arropado por la tranquilidad de su familia, y su deseo se cumplió.

Maestro rural de vocación, el joven Federico desarrolló de manera autodidacta su habilidad para el dibujo.

Hombre alegre, excelente conversador, crítico acérrimo de la hipocresía e inimitable bebedor de pensamientos, Federico Esparza dejó en el periódico a.m. un cuarto de siglo dedicado a los cartones políticos que satirizaban las acciones de los gobernantes de las tres esferas.

Siempre estuvo acompañado por la música y lo mismo escuchaba una pieza de Beethoven que a “Copo de Nieve” y su son cubano.

Como escritor fue un finísimo cuentista, su memoria prodigiosa le permitía describir lo mismo el semblante de su querido pueblo que las más sensibles fibras del alma.

Pero lo que el Profe desarrolló como pocas personas fue su discreción. Sabía de los secretos de todos sus amigos y los conservó como quien resguarda un tesoro.

Sus hijos Federico, Hilda; Carolina y Patricia, que se le adelantaron; Ricardo, Alejandro y Mauricio lo presumieron como un excelente padre, que a pesar de ser un incansable trabajador, siempre dedicó el mayor tiempo para ellos.

Como abuelo fue un excelente cómplice y mejor consejero: su edad no fue impedimento para pedir ayuda de sus nietos y atreverse a invadir las computadoras y los modernos correos electrónicos para continuar con su trabajo como caricaturista.

Deja en la orfandad a los amigos viejos y nuevos, a los corazones conocidos por años y aquellos que de manera reciente había conquistado con su sencillez y don de gente.

Descanse en paz.

La misa de cuerpo presente de Federico se celebrará en la capilla de Eternity, a la una de la tarde, después su cuerpo será incinerado, según su decisión.

Fuente.




No se vale, Profe

Más Café
Luis Alegre


Profe Esparza:

Le escribo porque se nos fue sin avisar y eso no se vale. Nos dejó sin la última noche de ronda juntos, sin el último chiste picoso, sin la anécdota como sólo usted la sabía contar. Nos dejó sin el cartón de mañana, sin su gracia para desmenuzar los avatares de la política y sin su inteligencia para destrozar con una sonrisa cualquiera de nuestras bobas teorías de la vida.

Más aún, nos dejó sin pagar la cuenta por una amistad tan cara como la suya. Y es que usted fue, para nosotros, para los que creemos en los sueños y respetamos los afectos, un profesor de tiempo completo.

Y no es que necesariamente le frecuentáramos día con día. Por el contrario, usted nos enseñó que los amigos son desde el primero hasta el último día y que no importa si en medio hay mil ocasiones juntos o unas cuantas repartidas en pilas de años: su risa, su apretón de manos y su abrazo eran siempre una cariñosa bienvenida a los amigos de toda la vida.

Así nos hizo sentir a todos los que algún día llegamos a la redacción del diario donde usted hizo historia. Nosotros éramos nuevos; usted ya era quien era. El ojo crítico de la cotidianidad, el verdugo implacable de la tontera política, el optimista irremediable, el amante de las letras, el maestro de la vida misma. Ese es Federico Esparza.

Y digo es, porque aunque se fue así como así, seguirá siendo nuestro amigo. Perdón que no lo demos de baja. Sea usted bienvenido a todas nuestras pláticas y acompáñenos en todas esas noches en que creemos estar a punto de descubrir el sentido de la existencia. Su alegría por la charla sin otro rumbo que la risa nos la quedamos. Ya disculpará.

Gracias Profe por sus libros, por sus cartones, ¡sus calaveras!, por su mirada. Gracias por enseñarnos su particular definición de la amistad y del amor. Para eso le escribía, para decirle ¡Gracias don Federico! ¡Todos lo queremos un chingo! (y usted diría ¿y por qué no dos chingos?)

Pero no se vale Profe. No nos dejó decir adiós, pero ya sabemos que es tan sólo, inexorablemente, un hasta luego.

Las perlas

Jesús Vázquez
Empresario
Fuimos vecinos durante 30 años, pared con pared. Era una persona muy culta. Mi más sentido pésame para el periodismo leonés. Trabajó por muchos años en el Seguro Social. Compartimos muchas ilusiones y muchos sueños. Fue un gran hombre. Y nos queda su recuerdo. Yo conservo el manuscrito original de uno de sus libros.

Mauricio Esparza Morís
Monero
Con mi padre compartíamos mucho la forma de ver la vida. Era muy alegre y muy responsable con su trabajo. Muy disciplinado. Yo quiero seguir su ejemplo. Falleció cuando estaba desayunando en un restaurante. Mi padre murió pleno y satisfecho. Logró lo que se propuso y vivió feliz. Hoy que falleció estaba estrenando un traje

Fuente.





¡Adiós, Profe!

Reporte de inteligencia
Pablo César Carrillo


Cuando lo invitamos a colaborar en Milenio León, me dijo: “Asumo esta responsabilidad con honor”. El profesor Federico Esparza González, fallecido ayer en León víctima de un infarto, era uno de los últimos caballeros de la pluma fuente, un humorista extraordinario y un periodista astuto que contó la historia de León en los últimos 30 años, con honor.

Descanse el paz el profe Federico.

Su trabajo era de lobo y no de oveja. Se dedicaba a criticar a los políticos y poderosos, a los gobernantes y a los empresarios, con sentido del humor. En realidad era un lobo con piel de oveja. Pero era un lobo justo: Jamás se excedió en sus juicios y jamás le dio a alguien una crítica inmerecida.

Federico decía la verdad. Un caricaturista no puede mentir ni difamar porque entonces no provocaría risa. Federico rescataba el sentir de los leoneses y lo plasmaba en un dibujo que, con frecuencia, arrancaba carcajadas. Hace unos días hizo un cartón magistral para ilustrar las alianzas partidista: un matrimonio gay entre el PAN y el PRD.

El Profe tenía independencia. Nunca se detuvo ante ningún tema por delicado que fuera. Su oficio era de trasgresor e irreverente, pero con un respeto al otro muy especial y un sentido político muy atinado. Nunca hizo grilla en los partidos políticos, pero entendía muy bien las coyunturas. Federico hacía una síntesis de lo que estaba ocurriendo con una sola imagen y los criticados terminaban pidiendo una copia de su caricatura para conservarla. No hay humor posible sin independencia, porque el humor oficial no existe.

Tenía una técnica elocuente. Sus personajes comunes eran hombres mal rasurados y de pelos parados, con un gesto de ingenuidad. Lo recuerdo en un escritorio, sentado frente a un papel en blanco, con la pluma fuente en la mano, y su botecito de tinta a un lado, tratando de sacarle el alma a los personajes de la política. Miguel Ángel Salim le salía igualito, José Ángel Córdova era idéntico, Felipe Calderón era un clon. Enhorabuena por quienes tuvieron la distinción de ser dibujados por él y lástima por quienes nunca tuvieron esa dicha. Ser dibujado por Federico era una muestra de que existías.

Ayer por la tarde vino un amigo y vio sus últimos cartones sobre mi escritorio, y me dijo: “Cómo me hace reír Federico”.

Le tuve que dar la mala noticia: “Te hacía reír”.

Se nos fue el profe Federico, el gran maestro del dibujo de humor que nos explicó con manzanitas la historia política de Guanajuato.

En lo personal voy a extrañar su espléndida conversación, su amistad y sus lecciones de periodismo. Voy a extrañar esos desayunos bimestrales en los que me hacía reflexionar sobre lo que hacíamos en el periódico. Y en Milenio León, vamos a extrañar su colaboración atinada de todos los días: su veracidad, su independencia y su técnica elocuente.

Profe: tenerlo en este proyecto fue un honor.

Fuente.





El Profe Federico Esparza nos ha heredado experiencias significativas a cada palmo de su obra y un gran ejemplo de trascendencia. Me llamó Susy. Hablé también con Moris. Hemos comentado poco.




Cartón: Milenio.




En El Taller de LAGS me encontré este trabajo sobre El Profe:





LAGS. Monero.





Morís escribió:


"Quisiera contarles que, hace algún tiempo, en el marco íntimo de nuestra amistad, el Profe Federico me propuso un pacto de honor:Él partiría primero, porque no estaba dispuesto a padecer, una vez más, la tristeza de tener que despedir a su gente. Quería hacerlo de forma súbita y pacífica, alrededor de los 70.Viendo qu...e la idea no me gustaba del todo, se comprometía, mientras tanto, a no desperdiciar un segundo en actitudes inútiles ni actividades improductivas, y lo que es más, con tal de que lo dejara cumplir ese secreto deseo, prometió que habría de hacer de su vida un regocijo completo, que iba a atender exclusivamente a los impulsos de su espíritu, llenando sus días con horas de gozo, que en su caso, aclaró, tendrían que ver con el placer de la lectura, la creación literaria, el lúdico desmán del dibujo de caricaturas, las aulas, el reparto casi robinhoodiano del tesoro de la cultura; allegarse por las mejores compañías, por sus favoritas. Se la jugaría en cada momento por lo que le gustaba.Ejercería, pues, con toda intensidad su particular sentido del amor, revestido SIEMPRE por su también peculiar sentido del humor.Apenas así estuve conforme y listo para sellar el pacto. Mi parte consistiría simplemente en no llorarle más de lo necesario, en no desperdiciar un segundo en lamentaciones irracionales y en honrar amorosamente la vida que me dio.Una vez que estuvimos de acuerdo, el Profe Federico, mi capitán, se dedicó a leer, a escribir, a hacer sus ácidos cartones; se integró al Consejo Cultural, a sus amados talleres literarios, sólo abrió los oídos y la boca para contenidos ricos y enriquecedores y el corazón para querernos y dejar que lo quisiéramos.Él, a los 72 años ha cumplido su parte. Les platico entonces, que la forma en que se ha ido es por demás merecida. Se fue antes que todos nosotros, su gente, y si quieren adherirse conmigo a este pacto, no hay más que llorarle un tanto, y luego, en su nombre, honrar amorosamente el ejemplo que nos representó.A todos, un abrazo."




Junto con un cartón:








El León de Cobre y El Cerrito de las Ranas:









Vínculo:

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